No todo en la costa de Alentejo gira en torno a Comporta, el pueblo estrella de la costa portuguesa que, desde hace unos años, atrae a la élite europea que busca un refugio discreto para desconectar. Todavía quedan rincones secretos en la Costa Vicentina que empiezan ahora a ser descubiertos, como es el caso del pequeño pueblo de Melides, a casi 1h30 en coche de Lisboa.
Este pueblo costero del municipio de Grândola empezó a llamar la atención de los medios internacionales cuando figuras destacables del mundo de la moda, del arte y hasta de la realeza europea comenzaron a figurar entre los poco más de 1.600 habitantes del pueblo.
En los últimos años, celebridades como el conocido diseñador de zapatos Christian Louboutin, se enamoraron de la tranquilidad sin pretensiones de Melides y construyeron en ella verdaderos refugios secretos. El designer francés cambió su residencia a Melides en 2017, donde tiene una casa. Aunque fue más allá y también decidió proyectar y construir un hotel en el pueblo.
El hotel Vermelho (que significa rojo en portugués, exactamente como las suelas de los famosos zapatos de la marca) abrió las puertas en marzo de 2023. Con 13 habitaciones y el restaurante Xtian, se espera que atraiga aún más gente a Melides, sin perturbar el ritmo tranquilo de la vida del pueblo, claro.
La condesa italiana Noemi Marone Cinzano también construyó aquí un lugar para disfrutar de sus vacaciones, que ya fue fotografiada por la revista norte-americana AD-Architectural Digest. Además del arquitecto y diseñador belga Vincent Van Duysen, que diseñó y construyó una casa icónica y que también ha aparecido en el The New York Times.
La revista de viajes Condé Nast Traveler incluyó a Melides en su lista de los mejores destinos para visitar en 2021, clasificándola incluso como “la nueva Comporta”. ¿Pero será justa la comparación? A diferencia de la efusiva y agitada Comporta, Melides aún mantiene sus playas desiertas y vírgenes, kilómetros de viñedos, arrozales y alcornoques.
En 2022, la misma publicación vuelve a mencionar el pueblo, asegurando que “el discreto lugar de vacaciones de verano está disfrutando de su momento bajo el sol”. Y es que, a pesar de todo el alboroto, este pueblo alentejano sigue siendo un lugar fuera de los circuitos más agitados y buscados en el verano, que sorprende por su tranquilidad y por ser aún poco conocido para el turismo de masas.
En Melides el tiempo pasa más despacio, al ritmo de los lugareños que fácilmente encontrarás jugando a las cartas en las plazas del pueblo. Y que siga así, porque eso es parte de su encanto.
Playas desiertas hasta donde alcanza la vista
El municipio de Grândola es conocido por sus extensos arenales de playas desiertas, por lo que quien llega aquí tiene muchas opciones para elegir. Además de las famosas playas de Tróia, Comporta, Carvalhal y Pêgo, la más conocida es la playa de Melides, un extenso arenal con vigilancia, aparcamiento y restauración.
La playa Aberta Nova también es una excelente opción: cuenta con socorristas y un chiringuito que sirve tostadas en pan alentejano, ensalada de pulpo y caracoles.
Casi siempre vacía, en la playa Galé-Fontainhas encontrarás un paraíso secreto de tranquilidad. Así como en la playa Vigia, que es de difícil acceso por un camino de arena de unos 5 kilómetros y sin ninguna infraestructura.
¿Qué visitar en Melides?
Cerca de la playa de Melides se encuentra la laguna de Melides, que se extiende hasta el pueblo a través de extensos arrozales y pequeños islotes, donde la rica flora y fauna garantizan actividades como la observación de aves, el piragüismo o el senderismo.
Explorar la laguna es descubrir un frágil ecosistema que ha servido de hábitat a diversas especies animales, como anguilas, pardelas, salmonetes, garzas-pequeñas, garzas-blancas, garzas-rojas, milanos negros y chorlitos dorados.
En pleno pueblo hay un agradable merendero junto a una bonita fuente. La Fonte dos Olhos se construyó a finales de los años 60 para abastecer el pueblo. Esta fuente todavía tiene un caudal considerable, que sirve a los arrozales, desembocando en la laguna de Melides.
Con 326 metros en su punto más alto, la sierra de Grândola es uno de los lugares naturales más importantes de la región, donde existen varios caminos rurales, senderos, arroyos frescos y caminos que conectan las poblaciones de la montaña con la costa y la laguna. La Vereda de Melides es una ruta circular que se extiende a lo largo de 19 kilómetros, entre el pueblo y los cerros hasta los valles de la sierra.
¿Dónde comer en Melides?
La región de Grândola tiene productos de excelente calidad, como los embutidos de cerdo blanco y negro, que se pueden comprar en las carnicerías locales, así como el pan, típicamente alentejano. Te sugerimos que visites alguna de las varias panaderías artesanales del pueblo de Melides, como la de la Tia Jesuína, en Vale Figueira, y pruebes el pan típico de Alentejo.
Con extensos bosques de pino, aquí también se producen buenos piñones, sin olvidar los mejores arroces y las hierbas aromáticas de la sierra, que también es abundante en madroños e higos.
En cuanto a restaurantes, tampoco te faltarán opciones donde comer bien. En la playa de Melides se encuentra el conocido restaurante Flor de Sal by Melides. Con vistas al mar, es uno de los restaurantes más populares de la región, tanto para comer unas tapas como para cenar.
En pleno centro de Melides se encuentra el restaurante O Fadista. Ideal para relajarse después de un día de playa, sentarse en la terraza y comer almejas, caracoles y ensaladas, acompañado de una cerveza fría. También sirve pasta de cangrejo y cerdo a la parrilla.
El restaurante Tia Rosa y Quinta do Lourenço son otras dos opciones para probar el guiso de anguila, cordero y bacalao al horno, pasta de mero, “carne de porco à alentejana” (un plato típico de la región con cerdo y almejas) y migas.
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